lunes, 21 de abril de 2014

alimentación infantil y actividades diarias recomendadas.



La pirámide alimentaria para niños y adolescentes está compuesta de cuatro caras. Cada grupo proporciona algunas de las sustancias nutritivas y la energía que los niños necesitan. 

La primera cara o la base de la pirámide es la ingesta de 6 raciones diarias de cereales, pasta, arroces, plátano, fécula y pan. En la segunda cara se destacan los alimentos de origen vegetal y frutas junto con el aceite de oliva de origen vegetal, originario de la dieta mediterránea. En un escalón por encima encontramos alimentos de origen animal, entre los cuales cabe destacar la carne, el pescado, el huevo, los embutidos magros y los lácteos. Y finalmente, en la cima de la pirámide se hallan los productos que se deben de consumir con menos frecuencia, como la mantequilla, embutidos, legumbres, frutos secos y alimentos grasos.

Para que un niño o adolescente mantenga una dieta sana debe realizar cinco comidas al día. Es muy importante no saltarse ninguna comida, en especial el desayuno, ya que la ingesta de alimentos de buena mañana ayuda a afrontar todas las actividades que se realizan durante el día. 

También tenemos que destacar la importancia en la ingesta de líquidos. Recuerda que nuestro cuerpo es un 65% de agua, y por ello debemos beber agua o refrescos en abundancia a lo largo de la jornada. Una forma para crear este hábito en los niños es que disfruten bebiendo líquidos variando las bebidas que les damos: zumos, refrescos, batidos, etc.



ACTIVIDADES DIARIAS: 




No hay que olvidar que una dieta completa y sana se tiene que complementar con la actividad física. Sobre todo, entre las etapas de crecimiento y desarrollo es idónea la práctica de algún deporte. 

Sabemos lo complicado que es sacar a los niños de casa, porque allí tienen todas las comodidades del mundo, sobre todo si disponen de consola y televisión. Pero es importante hacerles entender que el sedentarismo, a la larga, les provocará problemas de salud y que cuanto más tarden en hacer deporte, más difícil les será acostumbrarse al ejercicio físico.

Ante todo hay que dar libertad a los niños para que practiquen el deporte que más les guste. Puede que ni siquiera haga falta apuntarles a fútbol, baloncesto o voleibol. Basta con que salgan a jugar al parque, o que se acostumbren a ir andando a lugares cercanos en vez de esperar a que los lleven en coche. De vez en cuando conviene realizar alguna excursión al campo que les permita respirar aire puro y estar en contacto con la naturaleza.

El ejercicio físico ayudará al niño en su etapa de crecimiento, fortaleciendo sus huesos y sus músculos y dotándole de una mayor capacidad de resistencia. También le servirá para desconectar del estrés escolar y para fomentar la relación con otros chicos y chicas de su edad que también practiquen deporte.

Paralelamente, hay que respetar las horas de descanso del niño, entre 8 y 9 al día. Es muy importante que adquiera una rutina de sueño, de forma que se acueste y se levante más o menos a la misma hora. Se pueden hacer excepciones los fines de semana, pero sin pasarse, pues el lunes le costará volver a la escuela.




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